TEORÍAS PEDAGÓGICAS. PRECURSORES. ILUSTRACIÓN
Pensamiento pedagógico de la Ilustración
La Ilustración fue un movimiento de pensamiento filosófico, literario, político, económico, social y cultural, que se desarrolló en Europa durante el siglo XVIII y se expandió al resto del mundo. Las principales ideas de este movimiento quedaron registradas en “La Enciclopedia”, publicación de veintiocho tomos que fueron redactados por 140 colaboradores, en un período de aproximadamente veinte años (1751-1765), razón por la que se llamó también “Enciclopedismo” al movimiento, entre otros nombres, como “Iluminismo” y “Siglo de las luces”.
El pensamiento ilustrado tenía como “objetivo principal” librar al hombre de la ignorancia que había heredado de la Edad Media, las supersticiones religiosas y las divisiones sociales en base al nacimiento u otro criterio irracional, aunque la mayoría de los seres humanos no participaron de las ideas de la ilustración, porque pocos podían adquirir conocimiento en aquel momento, “en teoría, su objetivo era hacer libres a todos los seres humanos” (Hobsbawn, 1974, p.48).
Tuvo sus inicios en Inglaterra en el siglo XVII, durante la Revolución Industrial (iniciada entre 1750 y 60) dirigida por la burguesía que necesitaba mano de obra calificada necesitaba la educación para prepararla. Se expandió a Francia, donde inspiró a la burguesía en su levantamiento contra el poder absoluto de los reyes y los privilegios de la nobleza, la victoria burguesa en la Revolución Francesa en 1789 impulsó las ideas del liberalismo ilustrado (igualdad, libertad, búsqueda de la felicidad, uso de la razón, importancia de la ciencia para el progreso y educación para todos) que se difundieron al resto del mundo.
Las propuestas pedagógicas que reflejan el pensamiento ilustrado se pueden ver, de acuerdo a Ocaño (2010) en: Imanuel Kant (1724-1804) que consideró que el conocimiento se adquiere a través de la experiencia que permite que llegue a la razón como se nos presenta y no tal como es, cree que los hombres no son buenos, pero que adquirir cultura los hace evolucionar para que puedan ser cada vez mejores, afirma que el hombre es el producto de la educación que recibe; Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) se profundizará su pensamiento a través de su obra “Emilio” en la que utilizando un personaje ficticio, que llamó Emilio, sugiere cómo se debe educar a la juventud; Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827) que se inspiró en las ideas de Rousseau respecto a que la educación debe darse en la naturaleza, pero luego se vio influenciado por “La educación escolarizada (…) de reducir toda finalidad a la formación del ciudadano, luego del trabajador y, últimamente, al consumidor” (Ocaño, 2010, p.90); Johann Friedrich Herbart (1776-1841) opinaba que se debía tener en cuenta los conocimientos de la Psicología, y creó un sistema en el que el maestro proponía pasos para enseñar al niño, propone como centro del proceso al maestro mientras el alumno es el receptor; Friederich Fröebel (1782-1852) otro seguidor de Rousseau, “consideraba que el desarrollo de niños y niñas dependía de la actividad espontánea (el juego), de la actividad constructiva (del trabajo manual) y del estudio de la naturaleza” (Ocaño, 2010, p.93) fue el creador de los jardines de infantes en Alemania, que luego se extendieron a otras partes del mundo.