El mundo se va a la guerra
1. - El centro del mundo
La hegemonía europea y su fragilidad interna
A fines del siglo XIX, Europa, expandida, se había convertido en el centro del mundo. Desde el punto de vista comercial, era la intermediaria obligada con el resto de los continentes. Fijaba los precios de los productos; disponía de los fletes, de los seguros y de importantes inversiones financieras, muchas veces realizadas en el exterior. Sin embargo, en realidad existían dos "Europas", por un lado, la Europa dominante y, por otro, la "Europa pasiva". La "Europa dominante" estaba en pleno desarrollo industrial y en expansión imperialista, mientras que la "Europa pasiva" tenía una agricultura atrasada y un desarrollo industrial incipiente y localizado.
Fuera de Europa, se encontraban en pleno desarrollo dos países que estaban destinados a ser grandes potencias: Japón y Estados Unidos.
El potencial del dominio de Europa lo podemos apreciar en que solo tres países: Gran Bretaña, Francia y Alemania, se repartían el 83% de las inversiones europeas en el exterior. El equilibrio europeo era muy frágil, mientras Gran Bretaña y Francia que eran las potencias más antiguas, se veían favorecidas por la conquista de los mayores y mejores mercados, Alemania, unificada tardíamente, logró un desarrollo más lento, pero no menos importante y con ambiciones de conquistar más territorios.
A continuación, una imagen de propaganda nacionalista contra la ambición del Káiser (Emperador) Alemán