4. Los registros de la voz cantada

La voz cantada, según las frecuencias que abarca, se clasifican en diferentes registros.

En primer elemento que tenemos que tomar en cuenta es el desarrollo físico de la laringe, la cual sufrirá modificaciones con los cambios físicos relacionados con los cambios hormonales.

Las voces de los niños, son las denominadas voces blancas.

Se trata de voces agudas similares a la de una mujer, las cuales son muy parecidas entre si lo que dificulta en muchos casos distinguir el sexo de quien canta.

Una vez producido el desarrollo hormonal en la pubertad, el cuerpo cambia, produciendo también importantes cambios en la laringe, definiendo y diferenciando claramente las voces femeninas y las masculinas.

Las voces se van a diferenciar según lo agudo o grave que puedan emitir sus sonidos.

En las voces femeninas encontramos los siguientes registros:

- soprano - es la voz más aguda.

- mezzosoprano - es la voz que abarca frecuencias intermedias.

- contralto - es la voz que emite sonidos graves.

Las voces masculinas se separan en:

- tenor - varones de voz aguda.

- barítono - varones de voz de frecuencias intermedias.

- bajo - varones de voz grave.

Podemos encontrar dos registros naturales que salen de lo habitual y que por esa razón hay pocas personas en el mundo que los poseen.

Hay un registro femenino que es más grave que las contraltos. A la cantante con ese registro vocal se le denomina "mujer tenor", ya que el conjunto de notas que abarca en su tesitura es similar a la voz aguda de los varones.

Por el lado masculino, existe un registro más agudo que el de tenor, el cual se encuentra en una tesitura similar a la de las mujeres contraltos. Se denomina contratenor, y existen pocos cantantes con este tipo de voz en el mundo.

Hubo un registro vocal que se difundió durante el siglo XVIII, y que para  conseguirlo se transitó por la práctica de una mutilación corporal lamentable. Estamos hablando de la castración de niños con muy buena voz y posibilidades musicales a quienes se les quitaban los testículos antes de su desarrollo hormonal para evitar así la muda de la voz, y lograr mantener en ese cantante una voz aguda similar a la de una mujer soprano. A estos cantantes se les conoció como "Castratti" (plural) o "Castrato" (individual). Esta modalidad se llevó a cabo en Europa bajo la autorización de reyes y obispos del momento.