Sonido: origen y naturaleza

1. Introducción

Un mundo de sonidos

En un principio fue el silencio…y, tras la gran explosión, una diminuta porción de la energía desprendida habría de transformarse lenta, muy lentamente, en nuestro planeta. El hombre tardaría aún millones y millones de años en asomarse al mundo y, mientras tanto, los sonidos del cielo y de la tierra se sucedían en una eterna sinfonía carente de público. Tras muchos días y  muchas noches, la voz de los animales, como si fuera un gran coro, se sumó a la orquesta natural, llenándola de nuevos matices.

Por último, y queriendo tal  vez asumir el papel de director, hace su aparición el Homo sapiens, que inmediatamente se dispone a usar y transformar a su capricho las fuerzas de la naturaleza, como el fuego o el viento, y que desde el primer instante de su existencia se dedicará a idear sistemas y artilugios para su propio bienestar en la tierra, denominados arte o ciencia según los casos, y entre los cuales surgirá la música: el arte de combinar los sonidos.

Vivimos rodeados de sonidos.  Sonidos extraños o familiares, inquietantes o relajantes, agradables o desagradables.  Hay un gran número de ellos que ni siquiera podemos percibir o, en muchos otros casos, no somos conscientes de su presencia. El silencio absoluto es prácticamente  inexistente.

Como por todo aquello que nos rodea, el hombre se ha sentido atraído por el sonido. El ser humano ha estudiado y utilizado el sonido para diversos fines científicos, pero sobre todo, lo ha ido moldeando a través de los siglos y ha construido a partir de él la que se reconoce como la más espiritual de todas las artes: la música.

Pero, ¿cuál es el origen y naturaleza del sonido?