La transformación del capitalismo

5. La mundialización del capitalismo

El capitalismo europeo, en las primeras décadas del siglo XX, se convirtió en prestamista. Un pequeño número de estos países eran, de esta manera, banqueros de los demás y extraían de ellos una renta. Desde 1880 hasta 1900, el capital extranjero prefirió los servicios públicos (tranvías, electricidad, gas, agua), la banca y los seguros.

Las zonas de inversión eran varias. Rusia era preferida para la inversión por Francia. El Lejano y Cercano Oriente (el Canal de Suez, 1869) y, fundamentalmente América Latina, también fueron considerados buenos destinos para las inversiones; en esos lugares. Inglaterra tuvo una ventaja que conservó hasta antes de la Segunda Guerra Mundial.

Las empresas capitalistas tuvieron tanto poder en los países donde se instalaron que éste hizo que se transformaran en "verdaderos estados dentro del Estado". Por último, es conveniente destacar que el capital circulante en el mundo se vio incentivado  por la abundancia de metales preciosos, en particular el oro, producto de los hallazgos en California, Alaska y África del Sur. Esta "fiebre de oro" aumentó la circulación monetaria y desarrolló instrumentos financieros (créditos, sociedades anónimas, seguros). El capital bancario se invirtió en cualquier actividad que diera ganancias, transformando las finanzas en el eje de la economía contemporánea. 

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