Retomando las armas: hacia la Segunda Guerra Mundial

3. - Los factores de origen: las fronteras y las etnias.

En segundo lugar estaban los problemas étnicos que, presentes desde siglos atrás, se fueron haciendo más graves al efectuarse las modificaciones territoriales creadas por el Tratado de Versalles, las cuales afectaron negativamente, sobre todo a Alemania y a Austria -naciones pobladas por alemanes- y redujeron de manera considerables sus territorios. Este hecho fue determinante para infundir en esos pueblos el sentimiento de superioridad de la raza germana -identificada por Hitler como "raza aria" de acuerdo con una idea desarollada en la filosofía alemana del siglo XIX- frente a los distintos grupos raciales, principalmente los judíos quienes, de acuerdo con la perspectiva de los nazis, controlaban la economía capitalista además de haber dividido a los pueblos germanos e interrumpido su desarrollo económico.

Por otra parte, la insistencia de Hitler de evitar el cumplimiento del Tratado de Versalles provocó diferentes reacciones entre los países vencedores:

Francia, que temía una nueva agresión de Alemania, quería evitar a toda costa que resurgiera el poderío bélico de esa nación vecina. 

En cambio, el gobierno británico y el de los Estados Unidos subestimaban el peligro que el rearme alemán representaba para la seguridad colectiva; consideraban que el Tratado de Versalles había sido demasiado injusto, y vveían con simpatía la tendencia anticomunista adoptada por la Alemania nazi porque podría significar una barrera capaz de detener el expansionismo soviético hacia Europa, calificado entonces por las democracias occidentales como un peligro mayor y mucho más grave que el propio nazismo.

A causa de ese temor al comunismo, el gobierno británico adoptó una política de "apaciguamiento" con respecto al expansionismo alemán, bajo la idea de que al hacer concesiones a Hitler podría evitarse una nueva guerra y se obtendría además su colaboración contra el peligro soviético.