IFD CERESO
PEDAGOGÍA Y EDUCACIÓN
4. Educación y educabilidad
Siendo la educación una acción que se ejerce sobre el sujeto para facilitar su aprendizaje, podemos apreciar que no todos responden de la misma manera ya que cada ser humano es “único e irrepetible”.
Luzuriaga (1975) sostiene que existen tres factores que inciden en la educación: los que él llama “gérmenes” (que son los genéticos, biológicos físicos - ej.: condiciones físicas, o de salud, capacidad intelectual, estados de ánimo…-); el “medio circundante” (relacionado a las condiciones socio-económico-culturales - tanto de la familia como de la comunidad-) y el “factor espiritual” que es la voluntad de aprender, el deseo o la motivación que presente el propio individuo, este factor muchas veces es el más importante.
Durante mucho tiempo la escuela ha actuado como si todos aprendieran lo mismo y de la misma manera, esa fue una herencia de la escuela que formaba para el mercado laboral, que se generalizó durante la Revolución Industrial. Hoy sabemos que no somos todos iguales ni aprendemos de la misma manera, por lo tanto, la visión homogeneizadora (que critica Baquero, 2001) que se impuso en la educación a través del tiempo ha generado marginación.
Como todos los estudiantes son distintos la acción educativa tiene que contemplar la diversidad ya que la heterogeneidad es la regla.
El éxito de la acción educativa no está relacionado solamente con la capacidad intelectual de cada educando, se ve limitado (Baquero, 2001) porque cada uno es lo que él llama “un sujeto definido en una situación definida”. El sujeto definido tiene determinado coeficiente intelectual, herencia genética, salud, complexión física, motivación, etc. (todo lo que hace referencia a su realidad como ser psico-físico-biológico) y su situación definida en un contexto socio-económico- familiar (dado en un lugar determinado, realidad económica, social, nacional, etc.).
Siendo así, la acción educativa (se ve limitada o condicionada por esa realidad del sujeto) y entendemos por educabilidad la capacidad de ser educado que tiene el sujeto de acuerdo a su realidad.
Esa educabilidad varía también si se refiere a la posibilidad de ser educado en el contexto familiar durante el proceso de hominización o a la educabilidad en la escolarización que es mucho más compleja.
Desde esta perspectiva la educabilidad “no sólo se expresa en la superficie de emergencia de las prácticas educativas, sino que estas pueden tomar como objeto de su trabajo a la generación de condiciones para la educación posibles” (Baquero, 2001, s/p) situándose la posibilidad de ser educado en relación con la teoría y la práctica educativa razonada que contemplen estas diferencias ya que hoy existen educandos diversos en las aulas (por ej.: niños con necesidades especiales, etnias minoritarias, entre otras situaciones).