Educación Sonora y Musical - 1º C.B.
La espacialidad del sonido
2. Comportamiento sonoro
Con respecto al otro elemento de la espacialidad que tiene que ver con el comportamiento sonoro de un recinto determinado, podemos comentar que el mismo dependerá de varios factores fundamentales, entre los que podemos destacar el tamaño del lugar, la cantidad de personas en el mismo, los materiales de construcción que posee, si es abierto o cerrado, etc. Estos elementos, entre otros, van a definir cómo será el producto sonoro que escucharemos como oyentes, más allá del timbre de elemento que lo produjo.
Por ejemplo, los materiales de construcción de un hospital, están mayoritariamente definidos por azulejos y cerámicas, lo cual hace que la onda sonora rebote mucho lo cual nos da la sensación de que los sonidos en ese espacio “retumban”. Por el contrario, en un espacio abierto, con una situación climática donde abunda el viento en dirección contraria a donde nos encontramos, el sonido parece que se escapa.
Es entonces que nos encontraremos con dos fenómenos que forman parte de la espacialidad como los son el eco y la reverberación.
El eco son las repeticiones que podemos escuchar cuando se emite un sonido sin superponerse con él.
La reverberación es el efecto de permanencia del sonido aún después de terminada la emisión. Cuando la reverberación es excesiva, la sensación auditiva que nos genera es de muy poca claridad. Se nos complica entender lo que se dice o lo que suena. Este fenómeno de da mucho en las iglesias.
Una vez que un sonido es emitido, este viaja a partir de sus ondas, y ante la presencia de un obstáculo, el mismo se puede absorber, reflejarse o dispersarse. El fenómeno a producirse dependerá de los materiales del lugar donde se emite el sonido, como ya lo explicamos anteriormente.
Cuando se emite un sonido, el receptor recibirá el sonido directo del emisor, pero también los sonidos reflejados en cada obstáculo que pueda haber entre el emisor y el receptor. A los sonidos reflejados les llamaremos reflexiones.