Actividad 4

Leé el siguiente texto

El Cuadro

     La primera vez había llegado de la mano de su abuelo. ¡Qué manera de aburrirse! Si hasta se quedó dormido... Claro que en esa época solo tenía 5 años...

     —¡También, qué ocurrencia! —escuchó al otro día que protestaba su mamá—. ¡Llevar a la pobre criatura a un museo de arte!

      Sin embargo, y casi a escondidas, el abuelo volvió a traerlo, una y otra vez. Ahora Juan estaba ahí parado frente a ese cuadro. Ya no era un nene de 5 años: era un muchacho de 11 que no dejaba pasar una semana sin ir al museo.

      Juan se sonrió y se puso triste —todo a la vez, como le pasaba desde hacía un tiempo— al pensar en su abuelo:

      —Yo sabía, que tarde o temprano, te iban a atrapar...

      — ¿Atrapar? ¿Quiénes, abuelo?

      Ahora Juan estaba ahí, en la sala 23, parado frente a ese cuadro. Y, como acostumbraba hacer desde el día que lo había descubierto, empezó a recorrerlo con minuciosidad. Esta vez empezó por la firma: C. López, 1891 —“La 'C' de Cándido”, le había dicho su abuelo— y siguió por las carpas, todas bien alineadas, como si fueran de juguete. Después subió a las copas de los árboles y vio ondear las banderas en los mástiles de los barcos. Claro que lo que a él le llamaba más la atención eran los hombrecitos, tan preocupados dentro de sus uniformes azules, siempre yendo y viniendo con cargas diminutas. Algunos pocos descansaban alrededor del fuego. Sentado a una mesa, alguien escribía. Con cuidado, Juan se le acercó y, por detrás de su hombro, trató de leer. Fue justo entonces que uno de rojo le ofreció un mate.

      “Gracias”, dijo él, muy sorprendido: era la primera vez que los hombrecitos parecían darse cuenta de su existencia. Quiso decir algo y, por ser amable, preguntó la hora. ¡La hora! ¡Ya debería haber desaparecido! Sin embargo, tenía muchas ganas de quedarse allí. Y meterse en el agua con esos hombrecitos que se reían, que le hacían señas, llamándolo... Y él, que sentía las piernas tan pesadas, y una especie de sopor...

      Llegó cuando estaban cerrando la puerta.

      —¡Casi te me quedás adentro, pibe! —se rió el portero.

      Sí, esta vez le había costado demasiado salir. La próxima vez tendría más cuidado.

                                                                                                                                                                                  Graciela Cabal

Actividad 4.1.a

A continuación te mostramos cuatro imágenes de cuadros de Cándido López. Observalas bien y seleccioná la que se describe en el texto anterior.

 

Imagen a)

Imagen b)

 

Imagen c)

Imagen d)

La imagen que describe el texto es la (indica la letra)

  
Actividad 4.1.b

Observá las tres columnas y ordena las filas según corresponda.

Graciela Cabal    primer plano de la ficción  museo
protagonista    segundo plano de la ficción  Argentina
un hombre de rojo   plano real       paisaje del cuadro
Actividad 4.2.a

¿A qué personaje le debe Juan su gusto por el arte? Te damos varias opciones, una es la correcta.

Madre

Abuelo

López

portero


Actividad 4.2.b

Seleccioná en el texto la expresión que indica que su abuelo ya no está más con el protagonista.

Escribila.

Respuesta:

  
Actividad 4.2.c

¿Qué se recrea en el cuadro mencionado en el texto? Luego de contestar en el espacio en blanco, anotá las pistas que se encuentran en el texto que te llevaron a responder la anterior pregunta.




Pistas: 

  

Actividad 4.3

Contrastá las siguientes situaciones y completá los espacios en blanco que aparecen más abajo.

Situación a

  ¡Casi te quedás adentro, pibe! -se rió el portero.

 

Situación b

  El portero, riéndose, le dijo al joven que casi se quedaba adentro.

 

Situación a

Voces:                                                                                                
   
Marcas gráficas:                                                                               
   
Marcas lingüísticas:     
   

 

Situación b

Voz:                                                                                           
   
Marcas lingüísticas:  
   

Qué aprendí

  • Cuando se pretende reproducir las palabras dichas por otro estamos ante el discurso directo. Este discurso brinda mayor dinamismo.
  • Cuando el narrador reproduce las ideas dichas por otro con sus propias palabras estamos ante el discurso indirecto. Este discurso brinda menor dinamismo.

Actividad 4.4

En esta tarea tenés que completar el cuadro que se muestra a continuación a partir de los enunciados que se presentan en la primera columna.

 

Modo de introducir la voz ajena

¿Cuál es la voz que enuncia?

¿Qué signos gráficos se observan?

¿Cuáles son las marcas lingüísticas?

¿Qué efecto provoca?

¿El discurso es directo o indirecto?

 

-Yo sabía, que tarde o temprano, te iban a atrapar...

 

 

 

 

dinamiza

directo

Quiso decir algo y, por ser amable, preguntó la hora.

 

 

 

 

 

 

 

  Podés completar esta tarea también en la plataforma.

Actividad 4.5.a

Tenés que parafrasear el texto El cuadro de Graciela Cabal. Es decir, tenés que escribir con tus palabras lo que se dice en el texto.

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Actividad 4.5.b

Explicá por qué el texto de Graciela Cabal podría considerarse un cuento fantástico.

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